Se respiraba tensión en el Cenáculo. Jesús había dicho a los apóstoles que entre ellos había un traidor. ¿Quién sería?

Comenzó un juego de miradas inquietas. Cada uno de los doce comenzó incluso a dudar de sí mismo: «Maestro, ¿acaso seré yo?», le preguntaban a Jesús. Él, a pesar de la traición anunciada, mostraba tranquilidad. Llamó a Judas y le dijo: «Tú pensabas hacer una cosa, ¿no? Lo que vas a hacer, hazlo pronto». Judas abrió la boca como para decir algo, pero no emitió sonido alguno; evitó la mirada de Jesús, se puso de pie y se marchó. Sus compañeros pensaron que el Maestro lo enviaba a comprar lo que faltaba, ya que él se encargaba del dinero.
Nadie va al Padre sino por Mí
Entonces Jesús les dijo: «Hijitos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros, pero no se turbe vuestro corazón. ¿Creéis en Dios? Creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; me voy a prepararos un lugar. Volveré y os llevaré conmigo, para que donde yo esté, estéis también vosotros. A donde yo voy ya sabéis el camino».
Los apóstoles estaban confundidos. ¿A dónde se iba el Maestro? Tomás, uno de los más arrojados, preguntó: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús lo miró y luego a los demás. Entonces respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida».
Quien me ha visto a Mí ha visto al padre
Los apóstoles se quedaron callados; su silencio delataba que no habían entendido. Jesús les explicó: «Yo soy el Camino, pues para ir a Dios hace falta conocerme, amarme e identificarse conmigo. Nadie va al Padre sino por mí. Yo soy la Verdad, porque si me habéis conocido, también conoceréis a mi Padre y ya desde ahora lo conocéis y lo habéis visto. Yo soy la…».
Felipe interrumpió a Jesús: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús suspiró y, dirigiéndose a Felipe, le dijo: «Hace tanto tiempo que estoy con vosotros y ¿no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?».
Quien cree en Mí hará las obras que Yo hago
Tras unos segundos en silencio, Jesús retomó su explicación: «Yo soy la Vida, porque en verdad os digo que quien cree en mí hará las obras que yo hago e incluso mayores, porque yo voy al Padre. Así como el Padre, que mora en mí, hace las obras, así el Padre y yo obraremos en el que cree en mí. Quien conoce al Padre y a su Enviado y cree en ellos posee la vida eterna».
Texto del evangelio
Juan 14, 1-12 (leer).
la palabra de dios: camino, verdad y vida
Hechos 6, 1-7 (leer).
Salmo 33 (32), 1-5 (leer).
1 Pedro 2, 4-5 (leer).
Juan 8, 31-32 (leer).
Juan 12, 44-45 (leer).
Juan 17, 3 (leer).
Preguntas para meditar y orar
- ¿Sigo el camino de Jesús? ¿Son las Bienaventuranzas el itinerario de mi vida?
- ¿Soy relativista? ¿Esto convencido de que la Verdad me hará libre?
- ¿Mis obras reflejan la acción del Espíritu Santo en mí?