El discípulo no daba crédito a lo que estaba escuchando de labios del propio Jesús: ¿Cómo así que Él no había venido a traer paz, sino división? El Maestro, ciertamente, tenía sus discusiones fuertes con algunos fariseos y escribas, pero nunca había defendido el uso de la violencia ni tampoco había promovido la guerra. ¿Habría cambiado de opinión?

fuego-vivo

Además, había otras palabras de Jesús que también le resultaban inquietantes: «Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué quiero sino que ya arda?». El discípulo meditaba: «¿Será que Jesús es un revoltoso como tantos otros? ¿Irá a incendiar una aldea como protesta?». Recordó entonces lo que había dicho un compañero suyo: «A ese Jesús le falta más acción. Tanta predicación y esos milagritos que ilusionan a la gente no cambiarán las cosas. Para librarnos de la opresión romana hay que luchar». Quizá tendría razón.

Sin fe, cualquiera se decepciona de Jesús

«¡Cleofás!». Jesús llamó al discípulo. Este se acercó lentamente, mientras se preguntaba qué le pediría. Al llegar donde Él, Jesús permaneció en silencio. Cleofás sentía una paz profunda: la presencia del Señor producía en su interior un sosiego indescriptible. Por fin, el Señor decidió hablar: «Cleofás, ¿cómo está tu padre?».

El discípulo cerró los ojos e inspiró aire. No sabía cómo responder a esa pregunta. «Maestro… Pues bien, diría yo… Ya sabes… Desde que decidí seguirte de cerca mi padre no me habla. Dice que estoy loco, que al final voy a ver las cosas como son y que me voy a frustrar… que me decepcionaré de ti». Jesús cogió a Cleofás por el hombro y le dijo: «Mírame». A través de los ojos de su discípulo, el Maestro identificó la confusión y el miedo que lo dominaban.

¿Arde en tu alma el fuego de la fe y del amor?

«No temas, Cleofas —le dijo finalmente Jesús—. Yo no he venido a promover ninguna guerra entre las naciones. No es eso. Se trata, más bien, de lo que te pasa con tu padre: la fe en Mí, la fe en Dios, a veces es causa de división, incluso dentro de la familia. Sin fe, cualquiera se decepcionará de Mí. Son los corazones fríos, aquellos que no quieren creer, los que he venido a encender con fuego. ¡Mi corazón desea hallar más fe en los corazones de ustedes! A veces encuentro tan poca confianza. Cleofás, ¿arde en tu alma el fuego de la fe y del amor? ¿Rezas por la fe de tu padre?».

Jesús te pide hoy que lo mires. ¿Qué descubrirá en tus ojos? ¿Miedo? ¿Un corazón bajo cenizas? ¡Aviva el fuego! Que tu fe arda, ilumine y se contagie a los demás.

texto bíblico base

Lucas 12, 49-53 (leer).

textos bíblicos de apoyo

Antiguo Testamento

Miqueas 7, 6-7 (leer).

Nuevo Testamento

Marcos 9, 24 (leer).

Lucas 17, 5-6 (leer).

2 Timoteo 4, 7 (leer).

Hebreos 12, 1-4 (leer).

1 Juan 5, 1-5 (leer).

Preguntas para meditar, reflexionar y orar
  1. ¿Le pido al Señor que aumente mi fe?
  2. ¿Tengo familiares que se oponen a mi seguimiento de Jesús? ¿Rezo por ellos?
  3. ¿Contagio mi fe a través de la misión? ¿Cómo evangelizo a los demás?

 

2 comentarios en “¡Aviva el fuego!

  1. El evangelio es un poco confuso …porque nos preguntamos que nos quiere decir Jesus con sus palaras que él venia a traer division y fuego…
    Si….Jesús vino a derramar ese fuego que es el espiritu santo sobre todos nosotros y que para aquellos que mantenemos su fe seriamos objeto se division hasta para nuestras propias familias sino mantienen una fe viva .

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  2. Hoy la palabra invita a que aprendamos a discernir
    Que nuestra fe crezca cada día más y más
    Y así poder trasmitir el mensaje de nuestro Señor en todo momento
    Que viva permanentemente el deseo de compartir con mi hermano el amor de nuestro Señor y su pre encía todo lo que ha hecho en mi vida en mi familia
    Señor su meta nuestra Fe🙏🏼🙏🏼🙏🏼

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