Cuando Jesús se define a sí mismo como el Buen Pastor, habla continuamente de dar su vida por las ovejas (Cf. Juan 10, 11. 15. 17-18). Es como si tratara de mostrar que aquello que caracteriza al Buen Pastor es que entrega la vida por su rebaño.

Cristo joven como Buen Pastor, Bartolomé Esteban Murillo (Museum of Fine Arts, Boston)

Sin duda, al escuchar que el Señor habla de “dar la vida” se nos viene a la mente su sacrificio en la Cruz. Y, ciertamente, en última instancia allí es donde Jesús entrega su vida.

Sin embargo, ese “dar la vida” también podríamos considerarlo como un “desvivirse”: es decir, como un gastar la vida solícitamente, en cada momento, por algo o por alguien; en el caso del Buen Pastor, por las ovejas del rebaño.

El Buen Pastor es aquel que se desvive por sus ovejas. Se diferencia, así, de un asalariado, que en vez de desvivirse, se desentiende del rebaño (cf. Juan 10, 12-13).

El Buen Pastor conoce a sus ovejas, porque vive para ellas y siempre está pendiente de ellas. Y justamente por eso, las ovejas también lo conocen a Él: no es un extraño (cf. Juan 10, 14). Para Él, las ovejas no son mercancía: son hijas (cf. 1 Juan 3, 1).

Tal es la solicitud del Buen Pastor, que esta se convierte en un compromiso de fidelidad para las ovejas. Porque Jesús es el Buen Pastor, que se desvive por completo por cada uno, no se puede tolerar que una oveja “juegue a dos bandos”: sería una ofensa para el amor solícito del Pastor.

Si Jesús es el Buen Pastor, no se pueden admitir otros pastores: «No hay salvación en ningún otro; pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos» (Hechos 4, 12).

LECTURAS DEL IV DOMINGO DE PASCUA

Leer

Primera lecturaHechos de los apóstoles 4, 8-12
SalmoSalmo 118 (117)
Segunda lectura1 Juan 3, 1-2
EvangelioJuan 10, 11-18

PREGUNTAS PARA MEDITAR Y ORAR

1. ¿He experimentado como Jesús, el Buen Pastor, se desvive por mí?

2. ¿Soy una oveja fiel al Buen Pastor?

3. ¿Sobre quiénes puedo ejercer yo un pastoreo solícito?

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