«Jesús le responde: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”…» (Juan 14, 6). Conviene continuamente recordar que ser cristiano no se reduce ni a una “decisión ética” ni a una “gran idea”, sino que consiste, sobre todo, en el encuentro “con una Persona”, con la persona de Jesucristo (cfr. Benedicto XVI, Deus caritas est, n. 1). Sin una relación personal con Jesús, la religión cristiana degenera en un código moral o en una ideología.
Ser cristiano
