María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel… ¿Por qué vas tan de prisa, Virgen María, a casa de Isabel? Has sido tú la elegida, no ella, como Madre del Señor. ¿No eres tú la que ha de ser servida?
Madre de mi Señor
