Cleofás y su amigo caminaban en dirección a Emaús. Andaban a paso lento, casi arrastrando los pies. Todavía les parecía un sueño, o más bien una pesadilla, lo que había pasado en Jerusalén. Habían crucificado a Jesús de Nazaret y así se había esfumado su esperanza. Cleofás, su amigo y muchos más pensaban que Jesús liberaría a Israel de la opresión política y de la hipocresía religiosa. Leer Más
¡Eres tú!
