Los discípulos escuchaban con cierto sobrecogimiento las palabras de Jesús: «En aquellos días, después de la gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán…». El tono apocalíptico del discurso les indicaba a los discípulos cuál era la intención del Señor: hablarles sobre la renovación del mundo presente, sobre la revelación definitiva de Dios Salvador.
Apocalipsis: ahora
