La fiesta corría peligro: el vino se había acabado. Los sirvientes estaban al borde de la desesperación. María, siempre atenta a los demás, se dio cuenta de su agitación y cuando supo la causa decidió intervenir. Fue adonde Jesús y con resolución le dijo: «Hijo, no tienen vino». Leer Más
Un buen vino, una buena vida
