De acuerdo con el Evangelio según San Mateo, el último día de su vida, Jesús pasó la mayor parte del tiempo en silencio. Tan solo pronunció dos frases. La primera cuando responde a Pilato que le pregunta si Él es el rey de los judíos: «Tú lo has dicho», le dice el Señor (Mateo 27, 11). La segunda, estando en la Cruz, cuando reza con las palabras de un salmo: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mateo 27, 46; Salmo 21, 2).
Obediencia gloriosa
