«Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas» (Salmo 46, 6). Celebramos llenos de alegría la solemnidad de la Ascensión. Sí, llenos de alegría. Pero, ¿no nos debería dar tristeza que Jesús se vaya y ya no podamos contar con su presencia física en medio de nosotros?
Destino final
