Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con voces de júbilo.
Porque el Señor es el Altísimo, temible,
el gran Rey en toda la tierra.
Él nos somete los pueblos,
las naciones bajo nuestros pies.
Nos ha elegido una heredad,
la grandeza de Jacob, a quien ama.
Pausa
Dios sube entre aclamaciones,
el Señor, al sonar de trompetas.
Cantad himnos a Dios, cantad,
cantad himnos a nuestro rey, cantad.
Que Dios es el rey de toda la tierra,
cantadle el himno más bello.
Dios reina sobre las naciones;
Dios está sentado en su santo trono.
Los príncipes de las naciones se unen
al pueblo del Dios de Abrahán,
pues a Dios pertenecen los poderosos de la tierra.
¡Él es el más sublime!”
Fragmento de: Universidad de Navarra. “Sagrada Biblia”. iBooks.