Y después de esto:
derramaré mi Espíritu sobre toda carne,
y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas;
vuestros ancianos verán en sueños,
y vuestros jóvenes tendrán visiones.
También sobre mis siervos y mis siervas,
en aquellos días, derramaré mi Espíritu.
Realizaré prodigios en los cielos y en la tierra:
sangre, fuego y columnas de humo.
El sol se cambiará en tinieblas,
y la luna en sangre
antes que llegue el día del Señor,
grande y terrible.
Y sucederá que
todo el que invoque el Nombre del Señor
será salvo;
porque en el monte Sión y en Jerusalén
habrá salvación —como dijo el Señor—
y entre los supervivientes,
a los que llame el Señor.”
Fragmento de: Universidad de Navarra. “Sagrada Biblia”. iBooks.