Estando en la Cruz, Jesús recibió un mismo reproche de parte de magistrados, soldados e incluso de uno de los ladrones: Los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios»Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo»Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».

Cristo, Varón de dolores, Antonio de Pereda y Salgado, 1641 (Museo del Prado)

«¡Sálvate a ti mismo!». Se trataba de una invitación irónica para que Jesús utilizara su poder mesiánico y real en provecho propio. Sin embargo, Jesús hizo caso omiso de esa burla. Ya ante Pilato había dejado claro que su Reino no es de este mundo: Cristo Rey no buscaba preservar una vida pasajera, sino que, pasando a través del umbral de la muerte, como primogénito de entre los muertos (Colosenses 1, 18), procuraba conseguir para los suyos la vida eterna. El interés de Cristo Rey no era ni es salvarse a sí mismo —Él, ciertamente, no necesita salvación—, sino salvar a sus hermanos, los hombres.

Ese es, precisamente, el reino de Cristo: aquel que congrega a quienes han sido redimidos y reconciliados con Dios. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados… En él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz (Colosenses 1, 13-14. 19-20).

Cuando el ángel se apareció a María, le dijo que el Hijo de sus entrañas heredaría el trono de David, su padre. Jesús es el descendiente del Rey David, el Hijo de David, al que se prometió que su reino no tendría fin. La firmeza del Reino de Dios no depende, por eso, de los éxitos humanos, sino de Dios mismo.

Cristo no reina, pues, asegurándose un lugar destacado en este mundo. Tampoco su reinado consiste en la conquista de la aprobación de los hombres. Cristo no necesita nada de eso; Él ya es Rey por derecho propio —todo fue creado por Él y para Él—, pero reina solamente en los corazones de aquellos que reconocen, como el ladrón arrepentido, la necesidad de ser perdonados y salvados.

LECTURAS DE la solemnidad de nuestro señor jesucristo rey del universo

Leer

Primera lectura2 Samuel 5, 1-3
SalmoSalmo 122 (121)
Segunda lecturaColosenses 1,12-20
EvangelioLucas 23, 35-43

PREGUNTAS PARA MEDITAR Y ORAR

1. ¿He desconfiado del poder de Dios?

2. ¿Me acerco al Sacramento de la Reconciliación, para que Cristo reine en mi corazón?

3. ¿Doy el primer lugar a Jesucristo en mi vida?

2 comentarios en “Cristo Rey

  1. Gracias Padre Santo por darnos el MÁS GRANDE DE TODOS LOS REYES del mundo 🌏 entero, a Nuestro Señor Jesucristo, REY de reyes y SEÑOR de señores. Señor Jesús, te doy gracias infinitas por habernos regalado la SALVACIÓN en la CRUZ. TÚ ERES EL REY DEL AMOR, DEL PERDÓN 🙏 Y DE LA MISERICORDIA. Que más podemos pedirte, si TODO lo que necesitamos y queremos, lo encontramos en TI. Gracias Señor, gracias. Bendito seas por siempre. Amén.

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