El seguimiento de Jesucristo exige una lucha constante. Creer en Dios no exime de las dificultades y contrariedades de la vida: ya sean materiales, ya sean espirituales. Jesús nunca prometió a sus discípulos una vida fácil.

San Miguel Arcángel, Maestro de Zafra, 1495-1500 (Museo del Prado)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

El Evangelio de Jesucristo nos saca de nuestras comodidades y seguridades. Siempre existe la tentación de mirar hacia atrás; por eso, el autor de la Carta a los Hebreos nos exhorta: «Corramos, con constancia, en la carrera que nos toca, renunciando a todo lo que nos estorba y al pecado que nos asedia, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús, quien, en lugar del gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Recordad al que soportó tal oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo. Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado» (12, 1-4).

¡Constancia en la lucha! Puede que a veces las adversidades arrecien, pero esto solo puede ser motivo para que nuestra confianza en Dios se fortalezca: «Yo soy pobre y desgraciado, pero el Señor cuida de mí; tú eres mi auxilio y mi liberación: Dios mío, no tardes» (Salmo 39, 18).

LECTURAS DEL XX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Leer

Primera lecturaJeremías 38, 4-6.8-10
SalmoSalmo 40 (39)
Segunda lecturaHebreos 12, 1-4
EvangelioLucas 12, 49-53

PREGUNTAS PARA MEDITAR Y ORAR

1. ¿Soy constante en mi vida espiritual? ¿Persevero en los buenos propósitos que tengo?

2. ¿Cedo en las cosas de Dios por temor a que los demás piensen mal de mí?

3. ¿Me abandono en las manos de Dios, a la vez que me esfuerzo por vivir honestamente?

2 comentarios en “Lucha constante

  1. Señor mío Jesucristo, te pido que prendas mi pobre corazón con la llama de tu Amor, para poder ser ante todo con mis actos, testimonio para todas las personas que se acerquen a mí.

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