Atardece en el mar de Galilea. Durante horas, Jesucristo ha estado hablando a las multitudes en parábolas. Ahora, terminado su discurso, mira hacia el mar y les dice a los discípulos: «Vamos a la otra orilla».

La tormenta en el mar de Galilea, Rembrandt, 1633

Los discípulos indican a Jesús la barca en la que debe montarse. Tras unos rápidos preparativos, se ve a varias barcas introducirse mar adentro. La quietud de las aguas parecen vaticinar una noche tranquila.

Sin embargo, cuando llevaban cierto tiempo navegando —el suficiente para que Jesús, agotado, se hubiera quedado dormido en la popa, sobre un almohadón—, se levantó de repente un fuerte huracán y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Agitados, los discípulos comenzaron las labores de achicamiento, pero no parecían dar resultados efectivos.

Como Jesús seguía dormido, algunos discípulos fueron donde estaba, lo despertaron y le dijeron: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?». Jesús no dijo nada, se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar con voz potente: «¡Silencio, cállate!». Al instante, cesó el viento y las aguas se calmaron.

Cuando los discípulos se serenaron, Jesús les preguntó: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?». Ninguno se atrevió a responderle, pero entre sí se cuestionaban: «¿Pero, quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!».

¿Qué es despertar a Cristo? Despertar la fe, recordar lo que has creído. Haz memoria pues de tu fe, despierta a Cristo. Tu misma fe dará órdenes a las olas que te turban y a los vientos de quienes te persuaden al mal y al instante desaparecerán

San Agustín

Lecturas del XII Domingo del Tiempo ordinario

Leer

Primera lecturaJob 38, 1. 8-11
SalmoSalmo 107 (106)
Segunda lectura2 Corintios 5, 14-17
EvangelioMarcos 4, 35-41

Ecos del Evangelio

«Se levantó un fuerte huracán…»Hechos de los apóstoles 27, 1-44 (leer)
«Él estaba en la popa, dormido…»Jonás 1, 4-16 (leer)
«¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»Josué 1, 9 (leer).

Preguntas para meditar y orar

1. ¿Creo que Jesús es Dios, el Señor de toda la creación? ¿De qué modo afecta esto mi vida?

2. ¿Creo en la humanidad de Jesucristo, que comía, bebía, dormía…? ¿Me dejo llevar por falsos espiritualismos?

3. ¿Vacila mi fe ante las tempestades de la vida?

Un comentario en “La voz de Dios

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