Los once apóstoles se encontraban reunidos en torno a la mesa. A pesar de que algunas mujeres les aseguraban que Jesús había resucitado y que se les había aparecido, ellos no les creían. Entonces, se presentó Jesús en medio de ellos y les echó en cara su dureza de corazón, por no creer a quienes le habían visto.

La Ascensión, James Tissot, 1886-1894 (Brooklyn Museum)

Jesús les dijo: «Ahora os toca a vosotros ser mis testigos. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.

» A los que crean, les acompañarán estos signos: en mi nombre echarán demonios, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Los apóstoles cayeron en la cuenta de lo que implicaban las palabras de Jesús. Ya no iba a ser Él quien directamente predicara el Evangelio e hiciera sus obras; esa misión se la daba a ellos. Jesucristo no seguiría físicamente presente entre los hombres; ahora, se valdría de las palabras y acciones de sus discípulos para llevar la salvación al mundo.

La misión de los apóstoles quedó confirmada cuando Jesús fue elevado al Cielo y se sentó a la derecha de Dios. Asumiendo su responsabilidad, ellos se fueron a predicar el Evangelio por todas partes, y el Señor Jesús —glorificado a la diestra del Padre— cooperaba con ellos confirmando la palabra con los signos que los acompañaban. Se había ido físicamente, había ascendido al Cielo, pero no los había abandonado: su presencia era patente.

Lecturas de la solemnidad de la ascensión

Leer

Primera lecturaHechos de los Apóstoles 1, 1-11
SalmoSalmo 47 (46)
Segunda lecturaEfesios 1, 17-23
EvangelioMarcos 16, 15-20

Ecos de la Palabra de Dios

«Proclamad el Evangelio a toda la creación».Colosenses 1, 23 (leer).
«Cogerán serpientes en sus manos…»Hechos de los Apóstoles 28, 3-6 (leer).
«Impondrán las manos…»1 Timoteo 4, 14 (leer).

Preguntas para meditar y orar

1. ¿Creo en la Iglesia? ¿La veo solo como institución humana o creo que Dios actúa a través de Ella?

2. ¿De qué modo respondo a la misión que me ha dado Jesús? ¿Tengo celo apostólico?

3. ¿Qué experiencias he tenido que corroboran la presencia de Jesús en mi vida?

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