Jesús, como tantas veces, exhortaba a los discípulos a vivir la caridad entre ellos: «No debáis nada a nadie, a no ser el amaros unos a otros; el que ama al prójimo ha cumplido plenamente la Ley. Cualquier precepto se compendia en este mandamiento: Amarás a tu prójimo como a ti mismo».

Uno de los discípulos le preguntó: «Maestro, pero… ¿qué pasa cuando un hermano nuestro nos ofende? ¿También debemos amarlo?
«Perdonad siempre a quien os injurie —respondió Jesús—. Si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestros pecados. Ahora bien, como el hermano que os ha ofendido ha hecho mal, además de perdonarlo, lo corregiréis, no por venganza o con ira, sino por hacerle un bien. Por eso, si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano».
Sed prudentes y caritativos en vuestras correcciones
«¿Y si no hace caso?», preguntó otro discípulo. Jesús le dijo: «Entonces, llama a otro o a otros dos para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos; de esta manera, os aseguráis que vuestro juicio no estará sesgado. Y si aún así el hermano no hace caso, díselo a la comunidad y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano, puesto que ha rehusado vivir la comunión con sus hermanos.
»Recordad lo que os he dicho: Todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos. Sed, pues, prudentes y caritativos en vuestros juicios y correcciones.
Donde dos o tres están reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos
»También os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Si os amáis de verdad, me descubriréis siempre en medio de vosotros».
Texto del Evangelio
Mateo 18, 15-20 (leer).
Las lecturas de la Misa Dominical
Ezequiel 33, 7-9 (leer).
Salmo 95 (94), 6-9 (leer).
Romanos 13, 8-10 (leer).
Otras citas bíblicas para meditar
Mateo 6, 14-15 (leer)
Colosenses 3, 13 (leer).
1 Pedro 4, 8 (leer).
Preguntas para orar
1. ¿Perdono las ofensas que he recibido? ¿Guardo rencor contra alguien?
2. ¿Corrijo con humildad y cariño? ¿Rechazo ser corregido?
3. ¿Oro con los demás? ¿Pido por las intenciones que me encomiendan?